Cultura celta
Iconografía celta en porta velas Sencity
Hemos incorporado y estamos
incorporando simbología celta en nuestros trabajos, debido a que parte de
nuestro trabajo esta basado en el conocimiento y los aportes al conocimiento
qué los celtas heredaron a la humanidad muchas cosas que decir sobre los celtas
pero en este único pos trataremos de explicar lo más breve posible sobre los celtas
a fin de evitar malo entendidos sobre nuestro trabajos
¿Quiénes eran los celtas?
Se denomina cultura celta o
civilización celta al conjunto de pueblos que vivieron en la Edad de Hierro,
distribuidos en diferentes partes de Europa. No se trata de un imperio ni una
comunidad política definida, sino de un conjunto de pueblos autónomos con
algunas características culturas en común.
Estamos en el año 50 antes de
Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos…
Durante la Antigüedad, en el sur de
Europa florecieron las civilizaciones griega y romana, mientras que, más al
norte, numerosos pueblos practicaban una vida nómada o seminómada. Entre éstos
figuraba el grupo de los celtas, nombre colectivo de distintos pueblos que
cambiaban constantemente de lugar de residencia y se mezclaban entre sí.
Probablemente los celtas eran originarios de la región del Danubio, es decir,
del sur y sudoeste de Alemania.
Del siglo VI al III antes de
Jesucristo partieron de allí para invadir gran parte de Europa. Unos quinientos
años antes de Jesucristo gozaban de una civilización que los historiadores han
llamado «civilización de la Téne», porque sus más antiguos vestigios se han
encontrado en la región arqueológica suiza del mismo nombre (cerca del lago de
Neuchátel).
ORIGEN DE LOS CELTAS: La historia de
los celtas está cubierta de incertidumbres. Algunos historiadores suponen
tribus de origen indoeuropeo que en el tercer milenio a. de C. ocuparon los
montañas de los Cárpatos, cadena de montañas de Europa central que se extiende
como un arco por Eslovaquia, Polonia y Rumania, siendo su pico más alto el
Tatra, de 2.600 m.
Los celtas tenían una riquísima
tradición oral y rara vez usaban lenguaje escrito.
Por lo tanto, los detalles de su
antigua vida cotidiana debieron ser armados con referencias arqueológicas y
leyendas que los monjes irlandeses fueron coleccionando.
Los celtas nunca formaron una
federación de tribus o un imperio político, aunque compartían una lengua común
e ideas religiosas similares.
Los celtas difícilmente puedan ser
considerados realmente como una unidad. En verdad, lo que habitualmente se
conoce como celtas no es sino un conglomerado de tribus y pueblos de diversos
orígenes que se asentaron en una franja sumamente amplia de Europa, durante un
período que, convencional-mente, se extiende desde el año 500 a.C. hasta los
primeros siglos de la era cristiana.
Una de las característica que
compartían los diferentes pueblos celtas es que todos eran pueblos guerreros.
Por lo tanto, a pesar de compartir rasgos culturales, muchas veces los pueblos
celtas se enfrentaban entre sí.
Muchos relacionan a los celtas como
magos y hechiceros poderosos. Pero en realidad esto no era el común de ellos.
Su religión era pagana.
Mostraban adoración a los fenómenos
naturales y a los dioses, a quienes les atribuían poderes sobrenaturales.
Aunque su religión es tan dispersa
como la cantidad de pueblos que lo conforman geográficamente y a través del
tiempo, compartían elementos comunes en todas las tribus y etapas.
Todos tenían una diosa madre y un
dios que representaba la naturaleza, la vida y la primavera.
Algo que los distinguía eran las
cruces celtas, que eran realizadas con cruces y representaban los ciclos de la
vida y la eternidad.
También rendían honores a la llegada
de la primavera a través
Honraban los inicios de cada cosecha
en agosto con un festival al que llamaban Lughnasadh.
los celtas fueron mermando luego de
que en la Edad Media, paulatinamente fueron convertidos al cristianismo.
No obstante, hay países como Escocia,
Inglaterra, Francia e Irlanda en los que existen descendientes reales.
Aportes culturales de los celtas a la humanidad
La romanización de los celtas y su
derrota en el primer siglo de la era cristiana en las Islas Británicas no
impidieron, la expansión de un legado cultural asombroso, donde no faltan magos
y hechiceros, temibles guerreros, grandes héroes y un nutrido elenco de sujetos
maravillosos, como gigantes, hadas y gnomos.
Los celtas confeccionaron objetos
para la decoración personal, como collares, brazaletes, hebillas, amuletos y
pendientes.
La ornamentación de objetos de metal
se extendió también a las armas, en especial en las empuñaduras de las espadas,
cuchillos, y escudos.
Como la cosmovisión celta implicaba
la aceptación de mundos más allá de la vida terrenal, confeccionaron armas
para rituales religiosos, en honor a alguna de sus divinidades, o para ser
enterradas junto al guerrero caído en batalla.
Era común la empuñadura de oro con
incrustaciones de piedras y marfil. En cascos y escudos se destacan figuras
geométricas, con círculos y líneas curvadas.
La maestría de los artesanos y orfebres celtas
quedó demostrada sobre los más diversos elementos que fabricaron, como vasos,
jarros, monedas y alfileres.
Monumentos megalíticos celtas
Además de la metalurgia en oro,
plata, hierro y bronce, trabajaron la piedra y la madera, las que tallaron y
pulieron para transformarlas en las figuras de dioses.
Particularmente importantes los
monumentos graníticos, como dólmenes, menhires y los crómlech.
Se destacan por ser enterrados
verticalmente, y en los que realizaron inscripciones.
Se admite que no siempre estas
piedras fueron plantadas por los propios celtas, sino por sociedades más
primitivas, pero las integraron a su mundo y en ellas grabaron cruces y
registros en lengua ogham, antigua escritura celta, y caracteres rúnicos.
Dolmen, menhir y crómlech
Según los antiguos celtas, estos
monumentos tenían poderes mágicos y cumplían diferentes funciones. A sus pies
se realizaban juramentos y promesas en ceremonias de diversos tipos.
Los celtas consideraron que
semejantes bloques, cuyo peso y tamaño hacían pensar en una gran fuerza e
inteligencia para su
Los celtas establecieron ciudadelas
fuertemente fortificadas como puntos de referencia de su dominio regional.
Estas fortificaciones conocidas como
“oppidas” solían estar rodeadas de una doble protección: por un lado, la que
proveía la propia naturaleza, como algún curso de agua o la ladera de una
montaña que cubría algún importante sector de la ciudadela; por otro lado, los
celtas construyeron paredes de tierra y fosos alrededor de las “oppidas”
manteniendo un suerte de cerco ante cualquier ataque.
En su interior se agrupaban varios
edificios, los que estaban designados para alguna actividad específica
vivienda, taller, almacenamiento de granos, etc. Estas fortificaciones fueron
conocidas en la Península Ibérica como "castros" y abundan en Galicia.
Orfebrería celta
Aunque los celtas fueron sumamente
permeables a las influencias de las múltiples culturas con las que tuvieron
contacto, se destacaron por una sólida tendencia artística, en la que
sobresalen la joyería en bronce, plata y oro y una orfebrería con indisimulada
identidad local. Líneas curvadas y sinuosas, figuras geométricas abstractas y
motivos naturales constituyen la base de una decoración que trascendió hacia el
arte bajo la hegemonía del cristianismo. Torques, brazaletes, jarrones, espejos
y fíbulas son sus manifestaciones más exquisitas.
El auge del cristianismo recuperó las
formas artísticas celtas y las incorporó a su propia orfebrería. En especial,
destacan las líneas curvas y entrelazadas, características en el arte celta, en
las cruces y cálices. También en los textos religiosos abundan los dibujos
decorativos. Ejemplo de ello es el Libro de Kells, obra clave del cristianismo
irlandés que data del año 800.
El rey Arturo
La leyenda artúrica está abonada con
numerosos personajes (Merlín, los Caballeros de la Tabla Redonda, Morgana,
etc.), elementos mágicos (la espada Excalibur) y acontecimientos fantásticos
(búsqueda del Santo Grial), que en todos los casos dirimen cuestiones
esenciales como la justicia y la paz, y de una profunda espiritualidad, siempre
jaqueadas por fuerzas oscuras y malignas.
Difundida en todo el planeta e
inspiradora de numerosas aventuras de las más diversas culturas, la leyenda del
rey Arturo constituye la más preciada de la cultura celta y se centra en las
vivencias de un joven que, como líder, de Inglaterra, logrará la unidad
política y militar de todos los reinos de la isla. Excalibur, la espada
encantada, Merlín, el gran mago, y los Caballeros de la Tabla Redonda, orden
fundada por el valeroso monarca, son apenas algunos de los personajes de una
gesta que ha perdurado por siglos y que renueva, una y otra vez, los ideales de
equidad, heroísmo y pasión que le dieron origen.
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